Achnap lanza Diplomado en Neurociencia Educativa para impulsar el aprendizaje efectivo

En la actualidad, niños y adolescentes se ven enfrentados constantemente a las
exigencias cada vez más grandes en sus estudios, donde deben aprender gran
cantidad de materias en largas jornadas de colegio, las que dejan poco tiempo
para el descanso y para estudiar. Por este motivo, es necesario entregarles
herramientas que los ayuden a optimizar su tiempo y aprender (no memorizar
para la prueba) los contenidos que les son entregados en el colegio. Frente a este
escenario, la Asociación Chilena de Neuroaprendizaje (Achnap), ha desarrollado
el Diplomado en Neurociencia Educativa, que ayudará a docentes y padres a
entregarle mejores herramientas a niños y adolescentes, para que mejoren su
aprendizaje.
La neurociencia estudia el sistema nervioso y todos sus aspectos:
estructura, función y desarrollo del cerebro, entre otros. El objetivo de la
neurociencia educativa es reflexionar sobre las investigaciones en temáticas
aparentemente vinculadas y decidir qué impacto deberían tener sobre las
prácticas educativas y la definición de políticas públicas al respecto, todo esto,
para mejorar la forma en que los niños aprenden y enseñarles a tener una mejor
organización de sus estudios.

fotografía grupal de Joaquín Triandafilide Gabriela Díaz y Sergio Mora
Imagen de Joaquín Triandafilide, Gabriela Díaz y Sergio Mora (neurociencia)

¿Cómo puede ayudar esta ciencia a padres y docentes a impulsar un mejor
aprendizaje de niños y adolescentes? Según explica Joaquín Triandafilide,
codirector del programa, la neurociencia ofrece tres grandes áreas de ayuda:
principios universales para organizar mejor el aprendizaje y orientarla hacia la
gestión de las emociones, la generación de hábitos y la toma de decisiones;
variables individuales como el estrés, cuyo umbral es distinto en cada persona; y
mejores prácticas de enseñanza, donde se incluyen, por ejemplo, las técnicas
para el aprendizaje en grupo. En este contexto, la especialista en aprendizaje,
Anya Doherty, destaca la importancia de las funciones ejecutivas en el
aprendizaje, esto es, el conjunto de componentes cerebrales que hacen posible
que las personas se desenvuelvan funcionalmente y puedan lograr objetivos
complejos. “Las funciones ejecutivas se pueden entrenar, a través de diversas
actividades para ayudar con planificación, organización y rutinas; enseñarles a
sintetizar la información de las clases y generar el hábito de reflexionar sobre sus
procesos educativos”, afirma.

Esta excelente herramienta educativa ya está disponible para que padres y
docentes puedan apoyar a niños y adolescentes en su proceso de aprendizaje.

Catherine Reinberg